¿Donde estas tu?

 

¿Dónde estas tú?
 
Al hacer esta pregunta, pareciera que estamos jugando escondidas, pero no. Me refiero, a tu relación con Dios. Hacer esta pregunta dentro de la Iglesia nos encanta a todos o ¿no te ha pasado que no vas por algún tiempo a la Iglesia y ya te están lloviendo las preguntas y sermones?, o ¿que hayas hecho algo que esta mal y te apliquen la famosa disciplina?
 
Debido a que hemos recurrido a esta pregunta, muchas personas han abandonado nuestra Iglesia, nuestro grupo de jóvenes. La razón, porque no manejamos bien la situación y porque es una muy buena oportunidad para juzgar, criticar, hacer leña del árbol caído.
 
Hoy quiero que pensemos en lo siguiente, ¿nos toca a ti y a mí realizar este juicio?
 
Antes de que des tu respuesta, veamos el pasaje de Génesis 3:8-13.
 
Nos dice la Escritura que oyeron la voz de Dios, esto nos indica que la pregunta es, fue y será hecha únicamente por Dios.
 
El versículo 9 dice: llamo al hombre y le dijo. Nos indica que la pregunta es dirigida a cada uno de nosotros y por nuestro nombre. No es dirigida al primo o al vecino. Es hecha directamente a ti y a mí.
 
En el versículo 10 encontramos: Y él respondió. Esto indica que, la pregunta requiere una respuesta inmediata. No dijo, déjame pensarla, ven mañana, déjame tus datos yo te llamo. Dio su respuesta al instante.
 
Y bueno, ¿qué entonces con lo que mencionábamos en un principio?
 
Si a Dios le corresponde hacer esto, ¿por qué nos andan preguntando el pastor, el anciano, el consejero?
 
Ahhh, la respuesta es la siguiente:
 
Antes de que venga medio mundo a preguntarte, Dios viene y te pregunta, él quiere oír la respuesta directamente de ti, de lo que pasó, de lo que hiciste. Y si Dios lo sabe todo ¿por qué me pregunta? Porque él quiere perdonarte, pero para que eso acontezca, tú y yo debemos confesarlo con nuestra boca.
Muchas veces podemos usar de excusa y pretexto que Dios es el juez y apelamos a que ya se lo hemos dicho pero, no ha habido un arrepentimiento verdadero de parte nuestra y seguimos en las mismas, es entonces cuando vienen las demás personas y nos comienzan a preguntar, para ver si realmente estamos arrepentidos o no. Dios quiere de ti y de mí un arrepentimiento genuino para poder gozar de la vida que él solamente nos puede dar.
 
Y lo vemos en este pasaje, lo único que Dios quería escuchar por parte de Adán era: si Dios, te falle, la regué, me equivoque, ahora ¿qué hago?. Sin embargo, NO lo hizo así, busco culpables: la mujer y va Dios con la mujer esperando recibir la misma respuesta y tampoco. La mujer dijo: la serpiente...
 
Mi amigo ya conoces la historia, tuvo consecuencias. Dios en esta hora se acerca, escucha su voz, te pregunta: ¿dónde estas tú? Es una pregunta hecha por parte de Dios, directamente a ti y requiere una respuesta inmediata, ¿Qué le vas a responder?
 
 
Pbro. Gedeón Cortes
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis